El vino no es fruto de una receta definida, tampoco sigue una fórmula exacta que se repite a lo largo de los años, factores externos como la climatología (distinta cada año) hacen que la planta “trabaje” de modo diferente cada uno de estos años y que al final, los tratamientos a aplicar, data de vendimia o proceso de vinificación sean siempre distintos. Realmente esto es lo que le da emoción a nuestro trabajo y lo que hace que nos superemos día a día.
Respecto a este año pasado, observando los diagramas ombrotérmicos que nos relacionan temperaturas medias con pluviometría acumulada, podemos ver que en lo que llevamos de año la diferencia de temperaturas no es significativa, sí que lo es pero, la del mes de junio, este junio ha resultado el más frío desde 1992, con una anomalía de -2ºC, esto ha hecho que determinadas plagas retrasen su ciclo biológico, así como lo ha hecho la vid alargando su ciclo vegetativo.
En cuanto a la pluviometría, podemos comparar el 2012, donde las precipitaciones de primavera fueron significativamente inferiores a las registradas este 2013, esto en parte hizo que el año pasado la producción fuera menor (20-30% menos que en el resto de años) pero la cosecha quedara más concentrada aromáticamente y de una calidad muy buena. Que este año la pluviometría sea superior, por un lado resulta beneficioso para la planta, puesto que el año pasado sufrió de estrés hídrico pero por otro lado ha hecho aumentar el riesgo de enfermedades fúngicas como el temido mildiu u oídio, siempre controladas gracias a los servicios fitosanitarios que realizan su labor de avisos y a nuestros viticultores que miman la vid en todo momento!
Como conclusión, se nos presenta un año más fresco, más lluvioso, un poco más complicado en lo que respecta a enfermedades pero más tranquilo en lo que respecta el estado hídrico de la planta, esto hará que se vendimie un poco más tarde pero que la calidad de la vendimia sea, como siempre, la mejor!