Hoy, el equipo comercial del Celler de Capçanes, junto con la enóloga Anna Rovira, ha realizado una tarea tan especial como emocionante: catar vinos de botas históricas, algunas con más de 20 años de antigüedad. Esta experiencia no solo reafirma el compromiso del celler con la preservación del legado vinícola de la comarca, sino que también subraya la esencia de la innovación dentro de la tradición.
Mistelas, garnachas dulces, vinos rancios, vinos blancos con crianzas oxidativas… la lista es tan extensa como exquisita. Esta jornada ha sido una oportunidad única para redescubrir y revalorizar los tesoros que esconde el Celler de Capçanes. Cada gota catada es un recordatorio del tiempo, del clima, del suelo… de todos los elementos que, combinados, dan lugar a vinos de carácter único. Nos han sorprendido por su frescura y complejidad, demostrando que la innovación en la tradición puede dar lugar a verdaderas joyas enológicas.
Desde el Celler de Capçanes, queremos compartir esta experiencia con todos vosotros. Os invitamos a adentraros en el mundo de los vinos tradicionales del Priorat, a descubrir las historias que esconden detrás de cada botella. Porque cada vino es un viaje, y cada viaje comienza con un primer sorbo.
Así, mientras seguimos explorando y preservando el legado vinícola de nuestra tierra, nos enorgullece poder ofreceros una ventana a la riqueza y diversidad de la comarca del Priorat.